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“Rosario ocupa uno de los primeros lugares en mi corazón. Es mi tierra. Son los amigos entrañables de la infancia, esos que no se olvidan jamás. Cuando siento que las pilas me fallan, voy a cargarlas allá”, recordaba el célebre actor y humorista Alberto el Negro Olmedo. Con su estilo transgresor y su eterna sonrisa llegó a filmar 44 películas en 30 años, alcanzando una increíble popularidad de la mano de una desopilante galería de personajes. Llevó al máximo el arte de la improvisación y rompió todos los códigos televisivos. Sus amigos de la infancia recuerdan su origen humilde y enfatizan: “siempre fue un tipo alegre”.
En la casa de su tía fue donde nació y pasó buena parte de su infancia.
Junto al Gigante de Arroyito, una placa brinda homenaje a este canalla ilustre.
El Negro hizo de este lugar en el Parque España un refugio de descanso a pasos del río.
El restaurante donde el Negro solía reunirse con sus amigos antes de ir a practicar acrobacia.
Homenaje del Club Atlético Rosario Central a Alberto Olmedo a 5 años de su muerte.
Además de un deporte, la acrobacia fue para el Negro esa etapa donde se hacen los amigos de siempre.
El Negro encontró aquí un lugar especial para canalizar su pasión por el baile y la actuación.
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