Barrio Echesortu

Hacia 1880, la zona oeste de la ciudad era una vasta extensión despoblada, principalmente destinada al desarrollo de quintas.

Estas tierras fueron adquiridas y heredadas por destacadas familias locales, cuyas actividades económicas y políticas promovieron su crecimiento. Entre los nombres más relevantes se encuentran el Sr. Wheelwright, concesionario del ferrocarril Central Argentino, y el Sr. Ciro Echesortu, quien administró la ciudad en 1838.

A medida que la ciudad se fue expandiendo este sector comenzó a recibir más atención, y diversas instituciones que la élite local prefería mantener alejadas del centro urbano fueron estableciéndose allí. Entre ellas figuraban el Instituto Antirrábico, la cárcel, los cementerios (El Salvador, el de Disidentes y el Israelita) y el leprosario, que más tarde daría lugar al actual Hospital Carrasco.

La urbanización del área estuvo a cargo de la empresa de Ciro Echesortu y Casiano Casas, que no solo parceló los lotes, sino que también organizó la compañía de tranvías Tranway del Oeste. Con el tiempo, las calles comenzaron a ser empedradas con piedras traídas de la isla Martín García y adoquines que llegaban como el lastre en los barcos. Para 1900, los lotes fueron vendidos a precios muy bajos, lo que facilitó la construcción de viviendas y promovió la conformación del barrio.